domingo, 10 de junio de 2007

Una vida social agitada

Escasas hamacas de la Plaza Almagro que los niños se disputan a golpes de puño

¿Se acuerdan de Carlín Calvo y Pablo Rago en Amigos son los amigos?
Apuesto a que hoy en día apenas si se ven en los Martín Fierro.

Ramiro está decepcionado y furioso: por primera vez experimentó lo que es una puñalada por la espalda, excepto que los niños no saben apuñalar por la espalda, entonces pegan piñas en la cara. Matías, su mejor amigo del jardín, lo despidió ayer con una trompada que le hizo sangrar la nariz, cuando Ramiro le iba a dar un abrazo de despedida al final del cumpleaños de Catu. Vaya a saber qué le pasó por la cabeza a Matías, posiblemente el simple cansancio de un chico que venía de todo un día de jardín, plaza, gimnasia y cumpleaños. Aparte Matías se levanta antes que las gallinas, así que a las 8 y media de la noche me imagino que estaría agotado.

Ramiro dice que él quiere que Matías siga siendo su mejor amigo, pero que preferiría que no le dé piñas. Ramiro y Matías empezaron la adaptación a la colonia del jardín el mismo día hace un año y medio; fueron más o menos amigos el año pasado, y se hicieron carne y uña ahora en sala de 3, porque quedaron sólo cuatro varones y deben hacerles frente a unas 10 nenas. Los dos llevan siempre un juguete de su casa al jardín todos los días, y tengo entendido que no se prestan nada entre sí; curiosa forma de llevar adelante una amistad profunda. Pero ellos se entienden.

En un escalón inferior vienen los demás amigos de Ramiro. Con los otros dos varones de la Sala Roja no parece haber establecido un vínculo demasiado estrecho, y yo tengo una teoría: tanto Tomy como Juan Martín son, a pesar de que ya cumplieron los 3 años y Ramiro no, físicamente muchos más menudos que él. Presumo que no se le deben acercar demasiado por instinto de autoconservación.

Catu es la nueva estrella en la constelación Ramiro. Pasó del turno tarde al de la mañana, es rubia y extravertida, y me temo que Ramiro está empezando a enamorarse. Al menos sé que la carga todo el tiempo con el cantito "Catalina-Cartulina", y sabemos que esas bromas terminan en romance.

Malena R. es la primera cabellera víctima de las descomunales manos de Ramiro. Se conocieron cuando Ramiro empezaba la colonia, al año y medio, plena época de tirar de los pelos. Mi hipótesis es que Ramiro eligió acosar capilarmente a Malena R. como una forma de vengarse de todas aquellas personas que disfruten de una cabellera frondosa, teniendo en cuenta que ya resulta más que evidente que, en ese aspecto, los genes de Ramiro decidieron expresar lo más ralo de ambas ramas hereditarias.

Malena G. es un caso medio problemático, porque yo me llevo muy bien con la mamá y he charlado cordialmente con el papá, pero nuestros niños no se dan la menor bolilla. Se ven en el jardín, en plaza, en gimnasia y en los cumpleaños, pero se ignoran. Vaya uno a saber por qué.

Aluminé estaba enamorada el año pasado de otro Ramiro que había en la clase, pero este año se cambió de jardín, entonces me parece que le echó el ojo al mío. Se ve que le gustan los Ramiros. Con Aluminé y con Abril conforman un trío poderoso que acapara las tres hamacas para nenes grandes que quedaron en la plaza Almagro y no las sueltan más, mientras charlan, se ríen, cantan y se bambolean.

Permítanme hacer un aparte sobre la Plaza Almagro. Después de ocho meses de remodelación, esto fue lo que nos dejaron. Ahora tiene el triple de cemento que antes, y un sector de juegos que debe ser la mitad que el anterior. Nos birlaron un set de cinco hamacas, y ahora hay que presenciar escenas de pugilato entre menores por quién captura una de las claramente insuficientes que quedaron. Y esa fuente de agua, por favor. En realidad el "de agua" sobra, porque nunca la vi funcionar, está sólo la plataforma con agujeros que aspiran a chorros hídricos, pero de momento nada. El problema es que en algún momento debe haber salido agua de ahí, posiblemente el día de la reapertura de la plaza, y la misma quedó estancada en una especie de canaleta ancha alrededor de la fuente, que hoy funciona como peligro latente de ahogo de niños, fuente potencial de contaminación y manjar para los mosquitos que, como es sabido, asuelan Buenos Aires cada vez que la temperatura sube de los 8 grados.

Pero gracias a la Plaza Almagro, Ramiro conoció a Frida. Una rubiecita preciosa que va a otro jardín a la tarde, y que todos los mediodías se encuentra con Ramiro en las hamacas o los subibajas. Creo que es una posible competidora de Catu.

Lolo desapareció de golpe. Lolo es una especie de Jaimito último modelo; todos conocen su nombre porque las maestras no paran de gritarlo cada vez que descubren que alguien hizo lío. Lolo era la razón básica por la cual Ramiro iba los sábados al club: para salpicar a Lolo en la pileta. Un día no vino más, no sé si porque se cambió de turno o porque dejó de ir al club. Con Ramiro prácticamente tuve que hacer una nueva adaptación al club desde que no está Lolo, ya que los otros compañeritos de actividad definitivamente tienen mucha menos onda.

Y Felipe no sé quién es. Ramiro lo nombra e incluso lo quiere invitar a su compleaños, pero no hay ningún Felipe en su sala ni en el grupo del club, ni en la plaza. Sus explicaciones al respecto son confusas, y no sé si ya debería empezar a preocuparme por las amistades dudosas que Ramiro pudiera llegar a tener. Yo por las dudas hago una invitación de cumpleaños a su nombre. A lo mejor aparece y me entero.

2 comentarios:

Nacho dijo...

Qué grande el Señor Ramiro. Todo un dandi.
Yo tengo curiosidad por Felipe.

0k lo admito, hoy estoy poco creativo, no sé qué comentar.

Besos!

Guagner dijo...

no me conoces, no te conozco. Lo mas cercano es q escucho Cual Es? odos los días y hasta hace 3 meses vivía a 2 cuadras de la plaza almagro. Quería decirte que me gusta como escribís y el tema que elegiste para tu blog. saludos.