jueves, 12 de julio de 2007

En nuestro patio hay un mundo por explorar

Casita suburbana acomodada parecida a las de los Backyardigans

La Pantera Rosa ni siquiera hablaba y causó furor;
¿qué necesidad hay de que hoy los dibujitos canten?

Voy confesar que me intriga cuántos de ustedes abandonaron la lectura de esta columna antes de empezar, al toparse con un título tan ampuloso, y cuántos en cambio se están matando de la risa porque saben perfectamente de qué estoy hablando.

Desde que Ramiro entró en la conflictiva fase de dejar los pañales, se produjeron también algunas regresiones. Refunfuña como cuando era chiquito, a veces gatea, pide una leche a cada rato, y prácticamente dejó de ver a los Power Rangers. Esto, que a priori parecería una ventaja si leen la columna anterior "Gimme the Power (Ranger)", me provoca hoy sentimientos encontrados porque no es que Ramiro mire ahora el programa sobre matemática de Paenza o las entrevistas de James Lipton en Inside the Actor's Studio, sino que volvió a ver los dibujitos de bebé que le gustaban antes.

Como habrán sospechado por el título los expertos dibujólogos, los elegidos de Ramiro hoy en día son los Backyardigans. Para los legos en la materia, los Backyardigans son cinco animalitos parlantes que juegan en una especie de patio común que une a sus casas y se pegan unos viajes bárbaros. Quiero decir, un día se imaginan al patio como el desierto del Sahara, otro como un lago en el que hacen kayak, otro día es un museo paleontológico.

Con Ramiro tenemos algunas diferencias creativas respecto de los Backyardigans, en particular en cuanto a los nombres. Con Pablo el pingüino no hay drama, ni tampoco con la hipopótama Tasha. Uniqua, una hormiguita rosada (!) ya provoca una grieta entre nosotros porque Ramiro la pronuncia de una manera, yo de otra y los doblajistas de una tercera forma.

En cortocircuito más grave se produce con el alce Tyrone y el canguro púrpura (!!) Austin. Ramiro los llama Tabón y Bofín, y no hay manera de moverlo de su postura. Lo cual no sería un problema si la convivencia entre su versión y la mía fuera pacífica, pero no lo es. Ramiro se enfurece cada vez que a mí me salen los nombres correctos, o lo que yo y Wikipedia entendemos como los nombres correctos. A propósito, qué falta de visión la de los adaptadores de la serie para América Latina. Qué les costaba ponerle Toto a Tyrone o Alejandro a Austin, quién se iba a enterar.

No sé a qué se dedicarán los papás de los Backyardigans, pero viendo las amplias casas suburbanas que tienen está claro que deben ser todos de clase media-alta. En cuanto a los soñadores protagonistas, todo indica que la producción les otorga francos rotativos, ya que casi nunca están los cinco juntos, sino que aparecen de a cuatro o incluso tres, acaso porque alguno de ellos se haya engripado. Por suerte no deben luchar con enemigos malos como los Power Rangers, que deben presentarse los cinco a trabajar sin falta porque si no se pudre todo.

A propósito, ¿soy la única que piensa que los doblajistas de esta serie cantan realmente muy, muy mal? Creo que Ramiro lo hace mucho mejor que quienes doblan a los muñequitos, y, digamos, es poco probable que las clases de música con la seño Agustina lo hayan formado ya como un tenor experimentado. Creo más bien que las composiciones del dibujito son horribles y -que me perdonen los doblajistas empezando por mi hermana Andy, quien no tiene nada que ver con los Backyardigans- la interpretación provoca otitis.

Pero también genera fanatismo entre los más chiquitos. Tanto es así, que ahí tenemos otra disputa entre Ramiro y yo: no logro acordarme la letra de la canción con que se despiden los Backyardigans, y que Ramiro baila desaforadamente como si se hubiera tomado un Speed. De ahí apaga la tele y nos vamos a la cama, momento tensionante no porque no se quiera dormir, cosa que hace sin problemas, sino porque siempre me pide que le cuente un cuento de los Backyardigans y le cante la canción de los Backyardigans. El cuento debe rememorar el capítulo que acabamos de ver, lo cual me obliga a prestar atención al dibujo cuando no necesariamente tengo tiempo o ganas, y con la canción entramos en colisión. Una y otra vez terminamos la jornada Ramiro protestando porque no entiende cómo todavía no me aprendí la letra del tema -para ser sincera, yo tampoco-, y yo pidiendo disculpas y prometiendo hacer mi mayor esfuerzo al otro día. Después viene papá a darle un beso y él sí le canta la canción. En realidad le canta cualquier cosa porque tampoco sabe la letra, pero Ramiro pacta con el fraude. Hombres, entre ellos se entienden.

2 comentarios:

Nacho dijo...

Mis memorias de mi juventud:

Veia Reina en Colores, el programa de Reina Reich, veia los Power Rangers.
Mis familiares me regalaban libros ilustrados con letras grandes en imprenta mayúscula y yo se los leia una y otra vez.

Tenia un lugar en mi patio que era mi sitio de escarbación arqueologica, y era secreto. Estaba abajo de un tronco podrido que todos los dias estaba lleno de lombrices, bichos bolita y cienpies, y yo trabajaba ahi todas las mañanas. Enterraba cosas, escarbaba mas y mas....
Cuando finalmente lo dejé, tendría algo asi como 30 o 40 centimetros de profundidad.

Recuerdo que una vez encontre un hueso de dinosaurio, cosa que tiempo despues tendria que admitir que era un pedazo de baldosa rota.

Otra cosa que hacia mucho era trepar: árboles, hamacas, endebles estructuras de juegos de plaza...
Trepaba de todo.

Y adoraba el agua. Pero solo despues de cierta edad. Antes, le tenia miedo.
A mi me gustaba el color azul, pero como el azul me hacia acordar al agua, decia que mi color favorito era el rojo.

Siempre robaba el vuelto cuando mi vieja me mandaba a comprar cosas a la granja. Volvia con chicles y caramelos escondidos para mi y mi hermana. Pasarlos a mi habitacion sin que mamá los viera es la situacion mas parecida a pasar armas por la aduana.

Hasta ahi llegan mis recuerdos de la edad de oro. Despues llegaron las inseguridades y todo se fue a pique ^^

Abrazo.

Cecilia Nuñez dijo...

Gaby:

Con este post pude dilucidar por fin la identidad del animal desconocido de Backyardigans: era una hormiga rosada!!!!! como no pensé en eso antes???

Yo sí le dedico horas a mirarlo porque te cuento que me encantan. Me muero de risa con sus coreografías y pienso y repienso en el laburo de estudio de distintos pasos que tienen que hacer los creadores para recrearlos bailando mambo, tango, cha cha chá y demais.

Era un hormiga rosa... pero vos viste que tiene lunares??? será hormiga che??

En fin... con respecto a estos mentados animaletes, va una anécdota:

Juaco vé un capitulo de la nueva temporada llamado algo así como ´La dama del hielo´ sobre Tasha que tenía de esclavo o casi a Austin produciendo cubitos de hielo y bla bla bla. Termina y Juaco exclama "quiero ver la peli de la nieve de vuelta". Cagamos!!!

Lo convencí de lo liiiindo que era revivir los momentos de Monster Inc (peli que sí teníamos y había visto solo unas 347 veces) y zafé.

Zafé hasta que dos días despues me recordó que quería ver la peli de la nieve de vuelta.

Cuestion que -E mule mediante- bajamos un capítulo de Backyardigans de nombre La Nieve y no se qué y ohhhh sorpresa ¿qué nos encontramos? Otro capitulo de los animalejos esquiando pero traducido es español castizo. Muuuuuy gracioso oírlos en su doblaje españolísimo, que no solo es distinto que el latino sino que además con los vocablos te hacés un entrevero de novela.

Pero aguanten los backyardigans che!!!!

Pensandolo bien: rosa, con lunares morados y solo cuatro patas, Definitivamente no debería ser una hormiga. Me voy a documentar por ahí y luego opino con más autoridá